En los procesos de implantación de nuevas herramientas, más allá de los procesos técnicos necesarios para conectar todos los sistemas involucrados en el proceso hay un punto crítico: los usuarios.
La curva de aprendizaje de los nuevos sistemas o servicios es crítica en los procesos de implantación. Son tan críticos que pueden hacer “descarrilar” un proyecto.
Nuestra visión
Cuando estábamos en el proceso creativo de pensar como deberíamos construir nuestra solución de mensajería sobre Whatsapp o cualquier otro proveedor, teníamos en la cabeza tres objetivos:
- Fácil integración
- Modularidad
- Sencillez de uso
En ésta entrada queríamos fijarnos en la sencillez de uso, como palanca para vencer la resistencia al cambio.
La curva de aprendizaje del cliente
En este caso jugábamos con ventaja por que el cliente usaba la plataforma de mensajería que ya usaba: WhatsApp, Telegram, SMS… Por lo que la curva de aprendizaje del cliente es inexistente.
La curva de aprendizaje del cliente interno
Aquí si que teníamos trabajo que hacer. Lo primero que hicimos fue ver que hacían los grandes actores: WhatsApp y Telegram y tomamos una decisíon: “si alguién ya ha inventado la rueda, no la inventes sólo cámbiala de color”. Hicimos un análisis de las herramientas de escritorio y para móvil y el resultado fue nuestro componente web y nuestra aplicación móvil. Dos componentes que visualmente aúnan las mejores practicas de WhatsApp y de Telegram y sobre las que construimos las muchas funcionalidades adicionales que posee nuestra plataforma y no existen en las otras herramientas.El resultado una curva de aprendizaje del cliente interno prácticamente nula.En las muchas formaciones que hemos dado a clientes internos se ha demostrado esta afirmación.Como “el movimiento se demuestra andando” os invitamos a ver el manual de la aplicación web y sacar vuestras propias conclusiones.
